dissabte, 29 de desembre del 2018

Libro y té.


Imagen relacionada

Ojalá todos fuésemos domingos de libros y té. Conocernos poco a poco como cuando leemos un libro. Empezamos a meternos dentro de él despacito, aún sin saber a donde va, ni adonde nos llevará con él. Puede ser una aventura de amor, de misterio... Lo seguro es que abrimos el libro, y una vez empezamos nos da igual la portada, nos absorbe tanto que olvidamos por qué lo escogimos sin saber que contenía, y ahora no podemos dejar de pensar en por que lo seguimos leyendo. Nos tiene cautivos entre sus páginas. Paginas que leemos a tempo que asimilamos que intenta transmitirnos.
 Ojalá el amor fuese como leer un buen libro. Sin prisa, tomando té a sorbos, por que sabemos que, estando recién hecho, puede quemarnos.
Ojalá el amor fuese todo eso, una tarde de domingo con té y libros. Ojala tu fueses capaz de leerme así, lento, sin importar el final, descubriendo cada palabra que forma mis páginas, mi libro.